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No hace mucho tiempo os hablamos de la visita que nos hicieron varios llagareros americanos a Asturies para empaparse de nuestra cultura sidrera. Y les gustó tanto, que organizaron otro viaje de la mano de Cider Tour Of Spain. Recorren llagares, chigres, pomaraes y consejos reguladores para tener una formación intensiva y aplicarla en su sidra de vuelta.
Dentro de este viaje, y con la organización de Guerrilla Imports, nos reunieron en el restaurante La Tabla a varios llagareros y diferentes personas relacionadas con el mundo de la sidra para realizar una jornada de trabajo alrededor de la sidra donde pudiéramos intercambiar opiniones y, sobre todo, cultura sidrera.
Primero de forma común, nos presentaron la asociación de llagareros de Nueva York y las actividades que realizan allí. Los tipos de sidra que elaboran y de manzana que plantan, mientras nos ofrecían una degustación de sidra americana, y La Tabla nos deleitaba con sus increíbles aperitivos (esos caramelos de morcilla son difíciles de olvidar).
Posteriormente, nos sentamos a la mesa de trabajo, donde, asturianos y americanos mezclados pudimos intercambiar información de primera mano. Qué problemas tienen en su día a día, qué necesidades tienen, cuáles son sus principales competidores, y, su pregunta recurrente, qué deben hacer para instaurar la cultura sidrera asturiana en EEUU.
Y es que es necesaria siempre la visión que tienen de nosotros desde fuera para valorar lo que tenemos en casa. Es así de triste. Y la sidra asturiana es la más valorada en el mundo. Los llagareros asturianos, para el resto de llagareros, son una especie de alquimistas guardianes de una tradición ancestral que ven con mucha envidia. Y la sociedad asturiana, un oasis sidrero mundial donde se ama su producto y se valora, manteniendo viva la tradición del escanciado. Y todos aspiran a conseguir algo parecido.
Sí que les choca el poco apoyo institucional que hace que sea más visible la sidra del País Vasco, aunque en cuanto a calidad, y siendo muy políticamente correctos, admitían que no había color. También les choca mucho que Asturies no sea un país rico que monte su economía alrededor de la sidra, ya que en EEUU, pequeños llagares son muy viables económicamente debido a que la sidra se consume como una bebida premium
Mientras manteníamos un diálogo enriquecedor, La Tabla nos deleitó con una Degustación de arroz con cigalitas y ajos tiernos con panceta, buenísima.
Orchard Hill Sparkling Cider Medium Dry. Método champanoise para una sidra semiseca, con un toque dulce al final. Rica y refrescante, pero le falta cuerpo.
Cambiamos a Orchard Hill Hard Cider. Brut nature con doble fermentación en botella sin filtrar. Mezclan manzana joven y vieja y le da un toque más complejo que la anterior. Sigue faltando cuerpo, pero está más rica.
Y una Carrillera de ternera con migas, parmentier al cardamomo y manzana, que estaba espectacular.
De postres, Crujiente de nuez y cremoso con manzana escabechada en sidra. Muy bueno.
Con esta Burr Knot de Treasury Cider acabamos. De NY. Seca y sin filtrar. Muy rica. Aunque visualmente menos atractiva al no estar filtrada.
Y mi postre favorito, Sushi de arroz con leche, gel de Lima-Limón y helado de canela.
Donde pudimos comprobar que la alta cocina y la sidra pegan perfectamente, y que es otro gran punto a explotar en nuestros restaurantes.
Al final de la comida, todas las mesas pusimos en común nuestras conclusiones, desde el punto de vista americano y desde el asturiano. Y como gran conclusión, además de un intercambio cultural maravilloso, fue la gran pasión por la sidra como forma de vida que se vivió en ese encuentro, y el auto refuerzo entre distintas personas dedicadas a la sidra que supuso contar sus experiencias.
Seguro que estos son las bases de una gran relación y de un gran mercado que se nos abre, donde sí se nos valora, como es el americano. Muchas gracias a Edu, Antonio y Begoña, que hicieron que este encuentro fuera posible.
No hace mucho tiempo os hablamos de la visita que nos hicieron varios llagareros americanos a Asturies para empaparse de nuestra cultura sidrera. Y les gustó tanto, que organizaron otro viaje de la mano de Cider Tour Of Spain. Recorren llagares, chigres, pomaraes y consejos reguladores para tener una formación intensiva y aplicarla en su sidra de vuelta.
Dentro de este viaje, y con la organización de Guerrilla Imports, nos reunieron en el restaurante La Tabla a varios llagareros y diferentes personas relacionadas con el mundo de la sidra para realizar una jornada de trabajo alrededor de la sidra donde pudiéramos intercambiar opiniones y, sobre todo, cultura sidrera.
Primero de forma común, nos presentaron la asociación de llagareros de Nueva York y las actividades que realizan allí. Los tipos de sidra que elaboran y de manzana que plantan, mientras nos ofrecían una degustación de sidra americana, y La Tabla nos deleitaba con sus increíbles aperitivos (esos caramelos de morcilla son difíciles de olvidar).
Posteriormente, nos sentamos a la mesa de trabajo, donde, asturianos y americanos mezclados pudimos intercambiar información de primera mano. Qué problemas tienen en su día a día, qué necesidades tienen, cuáles son sus principales competidores, y, su pregunta recurrente, qué deben hacer para instaurar la cultura sidrera asturiana en EEUU.
Y es que es necesaria siempre la visión que tienen de nosotros desde fuera para valorar lo que tenemos en casa. Es así de triste. Y la sidra asturiana es la más valorada en el mundo. Los llagareros asturianos, para el resto de llagareros, son una especie de alquimistas guardianes de una tradición ancestral que ven con mucha envidia. Y la sociedad asturiana, un oasis sidrero mundial donde se ama su producto y se valora, manteniendo viva la tradición del escanciado. Y todos aspiran a conseguir algo parecido.
Sí que les choca el poco apoyo institucional que hace que sea más visible la sidra del País Vasco, aunque en cuanto a calidad, y siendo muy políticamente correctos, admitían que no había color. También les choca mucho que Asturies no sea un país rico que monte su economía alrededor de la sidra, ya que en EEUU, pequeños llagares son muy viables económicamente debido a que la sidra se consume como una bebida premium
Mientras manteníamos un diálogo enriquecedor, La Tabla nos deleitó con una Degustación de arroz con cigalitas y ajos tiernos con panceta, buenísima.
Orchard Hill Sparkling Cider Medium Dry. Método champanoise para una sidra semiseca, con un toque dulce al final. Rica y refrescante, pero le falta cuerpo.
Cambiamos a Orchard Hill Hard Cider. Brut nature con doble fermentación en botella sin filtrar. Mezclan manzana joven y vieja y le da un toque más complejo que la anterior. Sigue faltando cuerpo, pero está más rica.
Y una Carrillera de ternera con migas, parmentier al cardamomo y manzana, que estaba espectacular.
De postres, Crujiente de nuez y cremoso con manzana escabechada en sidra. Muy bueno.
Con esta Burr Knot de Treasury Cider acabamos. De NY. Seca y sin filtrar. Muy rica. Aunque visualmente menos atractiva al no estar filtrada.
Y mi postre favorito, Sushi de arroz con leche, gel de Lima-Limón y helado de canela.
Donde pudimos comprobar que la alta cocina y la sidra pegan perfectamente, y que es otro gran punto a explotar en nuestros restaurantes.
Al final de la comida, todas las mesas pusimos en común nuestras conclusiones, desde el punto de vista americano y desde el asturiano. Y como gran conclusión, además de un intercambio cultural maravilloso, fue la gran pasión por la sidra como forma de vida que se vivió en ese encuentro, y el auto refuerzo entre distintas personas dedicadas a la sidra que supuso contar sus experiencias.
Seguro que estos son las bases de una gran relación y de un gran mercado que se nos abre, donde sí se nos valora, como es el americano. Muchas gracias a Edu, Antonio y Begoña, que hicieron que este encuentro fuera posible.
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