Twitter: [@aquanariafish]: https://twitter.com/aquanariafish
Instagram: [@aquanaria]: https://www.instagram.com/aquanaria/
Comentarios: Vamos a partir de una base, para que todos lo tengamos claro, nada como una lubina salvaje pescada en el Cantábrico y bien preparada por cualquiera de nuestros grandes cocineros. Tenemos muy buena rula y muchos restaurantes donde la ofrecen, y ciertamente, es insuperable.
El problema es que ni todos nuestros restaurantes acceden a ella, por escasez o precio, y nosotros como clientes muchas veces no podemos encontrarlas en nuestras pescaderías, con lo que nos queda como única opción la lubina de piscifactoría.
En estos tiempos donde los clientes exigimos conocer la trazabilidad del producto, y donde cada vez apostamos más -afortunadamente-, por el Km0, las empresas comienzan a crear su marca propia para posicionarse lo máximo posible en un mercado más bien escaso donde es muy difícil de entrar.
Como producto intermedio, nace Aquanaria, empresa de Santander, aunque con su base operativa en Gran Canaria. Al más puro estilo Balfegó, que crían vivos sus propios atunes, aquanaria hace lo mismo en la costa de Gran Canaria con sus lubinas. La crianza es de un mínimo de 36 meses. Así, pueden garantizar a demanda lubinas en cualquiera de los 20 países del mundo que proveen, vía avión, para proporcionar una producto fresco, a la medida que se desee, durante todo el año, a precio estable sin las fluctuaciones del mercao, e importante, con garantía de estar libre de anisakis.
Para probarlas, nos juntamos en el maravilloso Palacio de Valdesotu, donde, de la mano de Isaac Loya, del Balneario de Salinas, pudimos probar 5 variedades distintas de Lubina.
Tartar de Lubina sobre Ají Amarillo. Muy rica con un toque picante.
Usuzukuri de Lubina con Ponzu. La que menos nos enamoró.
Lubina al Vapor. No necesita más.
Lubina al Champagne. Un clásico de la casa que está impresionante.
Lubina a la Brasa en Horno Josper. La favorita de la noche. Perfecta.
Comentarios: Vamos a partir de una base, para que todos lo tengamos claro, nada como una lubina salvaje pescada en el Cantábrico y bien preparada por cualquiera de nuestros grandes cocineros. Tenemos muy buena rula y muchos restaurantes donde la ofrecen, y ciertamente, es insuperable.
El problema es que ni todos nuestros restaurantes acceden a ella, por escasez o precio, y nosotros como clientes muchas veces no podemos encontrarlas en nuestras pescaderías, con lo que nos queda como única opción la lubina de piscifactoría.
En estos tiempos donde los clientes exigimos conocer la trazabilidad del producto, y donde cada vez apostamos más -afortunadamente-, por el Km0, las empresas comienzan a crear su marca propia para posicionarse lo máximo posible en un mercado más bien escaso donde es muy difícil de entrar.
Como producto intermedio, nace Aquanaria, empresa de Santander, aunque con su base operativa en Gran Canaria. Al más puro estilo Balfegó, que crían vivos sus propios atunes, aquanaria hace lo mismo en la costa de Gran Canaria con sus lubinas. La crianza es de un mínimo de 36 meses. Así, pueden garantizar a demanda lubinas en cualquiera de los 20 países del mundo que proveen, vía avión, para proporcionar una producto fresco, a la medida que se desee, durante todo el año, a precio estable sin las fluctuaciones del mercao, e importante, con garantía de estar libre de anisakis.
Para probarlas, nos juntamos en el maravilloso Palacio de Valdesotu, donde, de la mano de Isaac Loya, del Balneario de Salinas, pudimos probar 5 variedades distintas de Lubina.
Tartar de Lubina sobre Ají Amarillo. Muy rica con un toque picante.
Usuzukuri de Lubina con Ponzu. La que menos nos enamoró.
Lubina al Vapor. No necesita más.
Lubina al Champagne. Un clásico de la casa que está impresionante.
Lubina a la Brasa en Horno Josper. La favorita de la noche. Perfecta.
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