Farturruta de Llombatín a Buyaso comiendo en Folgueiróu - Santesteba - Santo Miyao

Dirección: Centro de Recreo Folgueiróu - Eilao
Teléfono: 626 564 271




Calidad: 4/5
Precio: 45€


Comentarios: Eilao (Illano en castellano) es un concejo precioso y pequeñín del occidente asturiano. Desde hace unos años se hizo famoso por una iniciativa vecinal del pueblo de Llombatín, en la que construyeron un columpio y un banco con unas vistas maravillosas sobre el río Navia, en uno de sus reconcos, curva del río, que lo hacen tan especial. 


Os proponemos una Farturruta facilina, de apenas 6 kms, pero que incluso podéis acortar a 2kms. No tiene apenas desnivel y la puede hacer todo el mundo. 


Aparcamos el coche a la entrada del pueblo de Llombatín, a la entrada del pueblo ya tenéis unas vistas preciosas sobre el río Navia. 


El pueblo está precioso, lleno de detalles, flores y piedras pintadas. Da gusto pasear por allí. 


En breve nos encontramos uno de los iconos de la ruta, un columpio con unas vistas preciosas. Allí además, podéis dejar vuestras impresiones y vuestra firma en un libro de visitas. 


Seguimos caminando, pista amplia y llana. El sitio es idílico.


Y en todo momento tenéis el Navia acompañándoos. Por esa zona nos encontramos con Belarmino, de casa David, vecino de Llombatín y que nos acompañó durante toda la Farturruta y nos fue contando al detalle todo. 


Lo vamos bordeando y pasamos un antiguo lavadero.


Ahí encontramos un pequeño repecho, muy llevadero donde ganamos algo de altura. 


Al echar la vista atrás, vemos esto. 


En seguida llegamos al segundo punto icónico de la ruta, el Mirador de Tiracais. Un banco, creado por Daniel, el hijo de Belarmino, durante el confinamiento, y que rápidamente se puso de moda por lo especial del sitio. 


Sentarse allí y admirar las vistas es una maravilla. 


Podéis dar la vuelta y volver a Llombatín, pero Belarmino nos animó a seguir hasta el pueblo de Buyaso, cabeza de parroquia, porque todavía íbamos a encontrar más sorpresas. Por supuesto que nos apuntamos al plan. 


Merece la pena seguir. El camín es precioso. 


Cruzamos un reguerín.


Y según se van abriendo claros, nos vamos encontrando con estas vistas. 


Al poco nos encontramos Penedo los Difuntos. Una piedra lisa donde, según nos cuenta Belarmino, cuando antiguamente llevaban a hombro los ataúdes hasta el cementerio de Buyaso, único en la zona, lo posaban en esa piedra para parar a descansar. 


Seguimos subiendo y las vistas y los colores son impresionantes. 


Alternamos grandes claros con tramos muy cerraos. En solo 3kms de distancia. 


Y nos encontramos una antigua casa con una prensa para hacer vino. 


Se puede entrar, aunque con cuidao. 


Llegamos a Buyaso, que tiene también unas vistas excepcionales sobre el Río Navia. 


Damos la vuelta y volvemos al punto de origen, dándole las gracias a Belarmino, que al llegar nos presenta a su mujer e hijo Daniel, el encargado de hacer el columpio, el banco y los indicadores de la ruta. Un ejemplo de cómo unos vecinos luchan por su pueblo. 


Para comer, nos vamos al área recreativa de Folgueiróu, donde tienen un restaurante, con estética de hormigón que intenta estar integrada en el espacio, pero que a mí personalmente no me gustó, donde vais a comer muy bien. 


Según entras zona de barra enorme. Y en la parte de atrás, un salón enorme con unas cristaleras, que también sirve de salón de baile. El sitio es enorme. 


Comimos dos personas, de carta. Tienen menú, a 20€, pero nos recomendaron el chuletón, así que había que probarlo. De primero Pulpo a la Gallega. Muy bueno. Picantín.


Seguimos con unas sorprendentes Croquetas de Marisco. La idea era tomar las de Centolla, pero no les quedaba. Pero están brutales, son pequeñas, casi líquidas, de muchísimo nivel. 


Nos trajeron la chuleta para presentarla. Hermosa. 


Chuletón de Frisona. La pedimos casi cruda. A la piedra. Carne de mucha calidad que se deshace. Muy buena. 


Con patatas fritas y pimientos de la huerta. Maravilla.  


De postre, Requesón de la Quesería Abredo, de la zona. Con Miel la Boalesa, de la zona. Muy bueno. 


Y Flan de Huevo. Rico. 


No hay vino asturiano, pero pedimos vino de la casa, que entra muy bien. 


Después de comer, nos dimos un paseo por las instalaciones y pudimos visitar las piscinas de Folgueiróu. Son una pasada. 


Abiertas en verano. No dejéis de ir, porque allí integradas en ese paisaje son algo digno de ver. 


Nos acercamos después al Castro de Castelón, aunque no merece la pena la visita. El prao donde está el Castro está con colmenas y no se puede acceder. Son las cosas maravillosas que pasan en este país ... 


Y aunque se pudiera acceder, esta todo descuidado y apenas de iba a ver nada. Una pena. 


Desde allí nos fuimos al pueblo de Santesteba, un pueblín precioso declarao Bien de Interés Cultural en 2013. 


Daros un paseo por el pueblo, en silencio, disfrutar de su historia, de sus casas de pizarra, de sus calles estrechas. 


Es una gozada. 


Y desde allí, nos cambiamos de conceyu, al de Ayande,  para ir al pueblo de Santo Miyao, que compite en belleza con el anterior pueblo. 


Su edificio más característico es la Casa de la Torre (Monumento Histórico Artístico), que fue fundada por los Cienfuegos, señores de Ayande, en el sXVI. 


Pero también está llena de paneras con unas tallas preciosas. 


Y su iglesia, con un pórtico precioso. 


Recomendamos también visitar su Cementerio, que está a la entrada del pueblo con unos panteones llenos de color. 


Una Farturruta preciosa, corta, fácil, con unas vistas espectaculares, un restaurante con una carne excepcional y una piscina para darse un baño, y un par de pueblos que se preservan como antes y que merecen una visita. Maravilloso Eilao. 


2 comentarios

Anónimo dijo...

Deberías repasar el texto antes de publicarlo, te sueles repetir bastante pero poner 3 veces "enorme" en un solo párrafo ya ye pa nota.

David Castañón dijo...

Si quieres literatura, lee a Saramago