El mundo de los quesos y de la cerveza son mucho más parecidos de lo que ellos creen. Grandes monopolios industriales donde, de vez en cuando, asoman la cabeza pequeños productores, artesanos, que si crecen mucho, corren el riesgo de perder su identidad, y si se quedan quietos sin sacar novedades continuamente, o acaban fagocitados o extenuados para continuar con vida.
Es una carrera siempre hacia delante, con mucho sacrificio, muchas horas de trabajo, demasiada responsabilidad ética sobre sus pequeñas empresa sosteniendo negocios de difícil rentabilidad.
Por eso, siempre es bueno que los dos mundos se unan, se conozcan, pongan en común sus aciertos y sus errores y los consumidores valoremos todo el trabajo y talento que tienen detrás.
Aitor Luis Vega, es nuestro mayor referente en la comercialización y divulgación del queso en Asturies. De un pequeño negocio de venta en la plaza de abastos, está consiguiendo un crecimiento espectacular divulgando quesos, y normalizándolo en cualquier espacio, desde eventos hasta la compra diaria en nuestra casa. Y lo hace apoyándose en pequeños productores, aprendiendo, y también orientándoles cómo vender mejor sus productos.
Ricardo "Semilla", es un maestro cervecero argentino, jurado de los concursos más prestigiosos del mundo, que con su Juguetes Perdidos está conquistando los mejores premios del mundo, sobre todo, con un estilo de cerveza muy minoritario y muy particular, la fermentación espontánea, que tanto lo acerca a la sidra asturiana. Ahora, por amor, y por suerte para nosotros, podemos disfrutarlo por Asturies, divulgando y también elaborando cerveza.
Los dos nos reunieron en la Asociación de Sumilleres de Asturies para probar quesos y cerveza, para aprender de los dos mundos y, sobre todo, para pasar una tarde juntos disfrutando.
Comenzamos en casa, con DÚA Grisette. La cerveza que Ricardo y Blanco Fresno elaboran conjuntamente, que refermentan en lata con la levadura del Llagar Viuda de Angelón. 4% de alcohol de una cerveza que no para de mejorar con el tiempo. Está muy buena. Seca y refrescante a la vez.
La tomamos con Afuega'l Pitu Blancu de Trapu. El Rebollín. Queso Suave. Sabor a yogur, a mí me encanta. Y con Rey Silo, un afuega'l pitu fuera de la DOP elaborao con leche cruda. Tiene esa corteza con forma de "cerebro" que presta tanto comer con el resto del queso, le da un toque muy particular. Mucha más acidez también que El Rebollín.
Cambiamos de cerveza. Oude Gueze Boon. ¿Puede que sea mi cerveza favorita? Cerveza lambica, elaborada a las afueras de Bruselas. Se elabora de la misma manera que una sidra natural asturiana, solo en los meses de invierno y fermentando en depósitos al aire libre. Posteriormente se deja reposar en barricas. Al final, el maestro cervecero mezcla la cerveza lámbica "joven" de 1 año, con otras 2 de años anteriores. Mínimo pasa 2 años en barricas de madera. Huele a sidra contaminada, pero tiene un sabor maravilloso. O la amas o la odias.
La tomamos con Praizal Afinado. De Jabares de los Oteros, León. Queso de leche cruda oveja con la corteza enmohecida. Suave y cremoso, pero con sabor. Muy rico. Y Camembert. No necesita mucha presentación. Leche cruda de vaca. Aitor nos trae un Camembert de Normandía con un olor y sabor que presidió la sala durante un buen rato. Fue genial con la lámbica.
Nos cambiamos al trigo, Paulaner Weissbier. Cerveza alemana, con 5,5% de alcohol. Nunca fui muy fan del trigo en la cerveza, pero es una cerveza más famosas del mundo. Tiene un toque a plátano, clavo y especias. La tomamos con Varé. Uno de mis quesos favoritos. Leche cruda de cabra. Fuere aroma a cabra, toque a avellana. Y un sabor que entra suave, pero te deja un regusto maravilloso. Es una gozada. Y Pajarete. Queso de leche pasteurizada de cabra de la raza payoya, de la Sierra de Cádiz.
Santa Tostada. Cerveza que Blanca y Ricardo elaboran para Fuensanta. Una "tostada" con un toque importante a malta y final dulzón. La tomamos con Idiazabal. De Nafarroa, con leche cruda de oveja de la raza latxa. Una maravilla. Y Cyprien. Leche de vaca pasteurizada afinado con licor de nuez. Y se nota, le da un punto importante a nuez, también a regaliz negro.
Otro cervezón, Orval. Cerveza de abadía belga. Llevan haciendo el mismo estilo sin variaciones desde hace 1300 años, sin ampliar casi la producción ya que para tener su sello de calidad solo pueden elaborar la cerveza dentro de las instalaciones de la abadía. Una tostada belga, que se refermenta en botella con brettanomyces. Si la tomas fresca, sabe más a lupulo. Si la dejas 7-8 meses (como era nuestro caso), va ganando en secante y el breta. Una maravilla. La tomamos con La Peral. De Illas. 102 años elaborando queso. Leche pasteurizada de vaca. Y está buenísimo, untuoso, elegante, un primer paso para entrar en el mundo de los quesos azules. Y Gamonéu del Valle de Quesería Demués. Rebaño propio, mezcla de las 3 leches, elaborado con leche cruda. Es una maravilla. De mis favoritos de la tarde.
Muchas Tripel Karmeliet tomé en mi vida en el Cabanón. Una cerveza belga de 8,4% que se sigue elaborando con la misma receta del antiguo monasterio carmelita, aunque ya no se elabora en sus instalaciones. Una cerveza que ni te enteras del grado alcohólico que tiene, entra sola, y es muy peligrosa.
La tomamos con Pría 3 Leches Rojo. Mezcla de tres leches pasteurizadas. Pica, pero sin pasarse, gracias al pimentón que añaden, que le da ese color característico. Muy rico. Y Valle Oscuro de Picurriellu. Queso de cabra, de leche pasteurizada, con ganadería propia. Acidez y toque picante a la vez. Añaden fermentos de yogur. Buenísimo.
Una variante de las cervezas lámbicas son las kriek. Cervezas lámbicas que durante su fermentación le añaden fruta. Es el caso de la Lindemans Kriek. Una elaboración mucho más industrial que la lámbica que tomamos antes, pero que es muy sorprendente para quienes la prueban la primera vez. Lleva 400gr por litro de cerezas negras. Y le da un toque agrio importante. La tomamos con Pria 3 Leches Blanco. Leche pasteurizada de las 3 leches a la que se añade nata de suero de cabra y oveja para darle mayor cremosidad. Ligero toque ahumado. Aligera la cerveza, casan perfectamente. Y Taramundi Nueces y Avellanas. Leche pasteurizada de vaca, ligeramente ácido y con el toque a frutos secos. Único.
Llegamos al final, al postre, con una cerveza de Juguetes Perdidos, de Ricardo. Una de las cervezas bandera de su cervecería. Matador. Una Russian Imperial Stout. 10,5% de puro chocolate y café. Cerveza densa, también con un toque a pimienta. Mucho cuerpo y se nota el alcohol. Está buenísima. La tomamos con Zeru Kolorea, el color del cielo en euskera. Leche cruda de oveja. Nos gustó mucho. Y Ekte Gjetost, noruego. Leche de cabra. Calientan el suero hasta que carameliza y le da ese color tan característico. Dulce y con toque de nuez.
Prueba muy completa de quesos y cervezas, muchos y muchas desconocidos para muchos y muchas de los presentes. Fue un auténtico placer aprender y disfrutar de dos maestros.
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