Dirección: Anzó - Sobrescobiu
Facebook: https://www.facebook.com/La-puerta-de-arrobio/
Instagram: [@lapuertadearrobio] https://www.instagram.com/lapuertadearrobio/
Calidad: 4/5
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Calidad: 4/5
Precio: 32€
Comentarios: Un paseo precioso para toda la familia a un sitio casi completamente desconocido fuera de la zona. Hoy os llevamos al Castillo de Villamoréi, también conocido como Torrexón de Villamoréi o Torrexón de Tielva (debido a que solo se conservan los restos del Torreón).
Partimos del pueblo de Villamoréi, situado a tan solo 2kms de Rusecu. Aparcamos en la zona de la Capilla de San Roque, del sXVII, que además nos sirvió para atecharnos de la lluvia mientras nos poníamos las botas.
Ahí mismo encontramos el cartel que indica la ruta completa circular. Nosotros solo vamos hasta el Castillo y volvemos.
Merece la pena perderse por el pueblo y ver lo guapo que está. Buena representación de hórreos y casas rehabilitadas.
Subimos hacia la parte alta del pueblo, desde donde comenzamos a divisar el Embalse de Rusecu, y cuando llegamos a la altura del Lavadero, seguimos por la pista. La ruta está perfectamente indicada.
La senda comienza siendo de hormigón, pero en seguida se toma en camino entre castaños centenarios. El ascenso es continuo, aunque muy llevadero.
Y según vamos ascendiendo, las vistas van ganando, hacia el embalse de Rusecu, Campiellos, el propio Torrexón y la presa.
Como veis, las vistas son espectaculares.
Llega un punto en el camino en que vemos un cartel que nos indica la desviación al Castillo, o que sigamos hasta Fresnéu.
Nosotros bajamos por el bosque de castaños, en una pendiente curiosa. Pero bajando despacio no hay ningún problema.
Donde hay que andar con más cuidao es cuando llegamos al castillo. Hay un par de pasos aéreos y puede ser peligroso, así que recomendamos la vista desde lo más cerca posible pero sin llegar a la torre, salvo que se vaya seguro y esté el día mejor que el nuestro, que no paró de llover y estaba todo resbaladizo.
El castillo parece ser que tiene origen romano, y que alcanzó su gloria en época de Alfonso I, rey asturiano en el Siglo VII. Para los despistaos, de aquella no existía el embalse y la vista estratégica era ideal como castillo de vigilancia. Desde el castillo, vista sobre el embalse y su presa, casi desde arriba.
La subida cuesta un poco más, pero parando a descansar y volviendo la vista atrás se hace mucho más llevadera.
Una vez de vuelta a la senda principal, subimos un poco más arriba a hacer unas panorámicas. Como veis, la vista es impresionante.
Volvemos lo andao.
Parando a disfrutar micro mundos ... La ruta son unos 4Kms ida y vuelta. Un paseo que se hace en menos de 3 horas caminando tranquilamente. La ida es subida constante, pero muy llevadera, y el tramo más duro es el de bajada y subida hasta el castillo. Pero se hace fácil para toda la familia.
Ya de vuelta al pueblo, nos cambiamos en el pórtico de la Capilla otra vez (el día estaba horrible) y nos fuimos hasta La Puerta de Arrobio. Restaurante situado en Anzó, solo, en medio de la carretera y con aparcamiento propio. Es famoso, sobre todo por dos cosas, sus Cebolles Rellenes de Pitu Caleya y su Corderu a la Estaca. Y solo por eso, ya merece la pena la visita.
Según entras, zona amplia de barra y unas mesas para tomar algo. A la derecha, comedor amplio prácticamente lleno, así que mejor reserva. Además, cuando reservas ya te preguntan si vas a querer corderu a la estaca.
Mientras decidíamos qué pedir, nos trajeron un Paté de Queso. Nos dicen que lleva varios quesos, entre ellos, casín. Y la verdad es que sabe a queso. Muy rico.
Pedimos media de Cecina de Cebón. Nos la traen con un poco de queso manchego. Más suave que la de buey, entra sola. Eso sí, mejor que la acompañe un queso asturiano, y mejor si es de la zona.
Cebolles Rellenes de Pitu Caleya. Por fin las pudimos probar, y están a la altura de la fama que las precede. Espectaculares. Vienen en raciones de 3. Salsa para acabar con las existencias de pan, y mucho relleno. Están buenísimas. De las mejores que probamos.
Y acabamos con Corderu a la Estaca. Espectacular también. La piel crujiente, el relleno suave. Es una pasada.
De postre, Arroz con Leche. Requemao. Muy bueno.
Y Tarta de Queso. Más normal. Pero bien.
Con un par de copas de vino, agua y cafés, pagamos 2 personas, 65€. Como veis, muy bien de precio.
Esa zona está llena de buenos restaurantes donde comer cocina casera, de hecho, ya vamos visitando unos cuantos, pero la Puerta de Arrobio nos encantó. Visita obligada por eses cebolles y ese corderu.
Comentarios: Un paseo precioso para toda la familia a un sitio casi completamente desconocido fuera de la zona. Hoy os llevamos al Castillo de Villamoréi, también conocido como Torrexón de Villamoréi o Torrexón de Tielva (debido a que solo se conservan los restos del Torreón).
Partimos del pueblo de Villamoréi, situado a tan solo 2kms de Rusecu. Aparcamos en la zona de la Capilla de San Roque, del sXVII, que además nos sirvió para atecharnos de la lluvia mientras nos poníamos las botas.
Ahí mismo encontramos el cartel que indica la ruta completa circular. Nosotros solo vamos hasta el Castillo y volvemos.
Merece la pena perderse por el pueblo y ver lo guapo que está. Buena representación de hórreos y casas rehabilitadas.
Subimos hacia la parte alta del pueblo, desde donde comenzamos a divisar el Embalse de Rusecu, y cuando llegamos a la altura del Lavadero, seguimos por la pista. La ruta está perfectamente indicada.
La senda comienza siendo de hormigón, pero en seguida se toma en camino entre castaños centenarios. El ascenso es continuo, aunque muy llevadero.
Y según vamos ascendiendo, las vistas van ganando, hacia el embalse de Rusecu, Campiellos, el propio Torrexón y la presa.
Como veis, las vistas son espectaculares.
Llega un punto en el camino en que vemos un cartel que nos indica la desviación al Castillo, o que sigamos hasta Fresnéu.
Nosotros bajamos por el bosque de castaños, en una pendiente curiosa. Pero bajando despacio no hay ningún problema.
Donde hay que andar con más cuidao es cuando llegamos al castillo. Hay un par de pasos aéreos y puede ser peligroso, así que recomendamos la vista desde lo más cerca posible pero sin llegar a la torre, salvo que se vaya seguro y esté el día mejor que el nuestro, que no paró de llover y estaba todo resbaladizo.
El castillo parece ser que tiene origen romano, y que alcanzó su gloria en época de Alfonso I, rey asturiano en el Siglo VII. Para los despistaos, de aquella no existía el embalse y la vista estratégica era ideal como castillo de vigilancia. Desde el castillo, vista sobre el embalse y su presa, casi desde arriba.
La subida cuesta un poco más, pero parando a descansar y volviendo la vista atrás se hace mucho más llevadera.
Una vez de vuelta a la senda principal, subimos un poco más arriba a hacer unas panorámicas. Como veis, la vista es impresionante.
Volvemos lo andao.
Parando a disfrutar micro mundos ... La ruta son unos 4Kms ida y vuelta. Un paseo que se hace en menos de 3 horas caminando tranquilamente. La ida es subida constante, pero muy llevadera, y el tramo más duro es el de bajada y subida hasta el castillo. Pero se hace fácil para toda la familia.
Ya de vuelta al pueblo, nos cambiamos en el pórtico de la Capilla otra vez (el día estaba horrible) y nos fuimos hasta La Puerta de Arrobio. Restaurante situado en Anzó, solo, en medio de la carretera y con aparcamiento propio. Es famoso, sobre todo por dos cosas, sus Cebolles Rellenes de Pitu Caleya y su Corderu a la Estaca. Y solo por eso, ya merece la pena la visita.
Según entras, zona amplia de barra y unas mesas para tomar algo. A la derecha, comedor amplio prácticamente lleno, así que mejor reserva. Además, cuando reservas ya te preguntan si vas a querer corderu a la estaca.
Mientras decidíamos qué pedir, nos trajeron un Paté de Queso. Nos dicen que lleva varios quesos, entre ellos, casín. Y la verdad es que sabe a queso. Muy rico.
Pedimos media de Cecina de Cebón. Nos la traen con un poco de queso manchego. Más suave que la de buey, entra sola. Eso sí, mejor que la acompañe un queso asturiano, y mejor si es de la zona.
Cebolles Rellenes de Pitu Caleya. Por fin las pudimos probar, y están a la altura de la fama que las precede. Espectaculares. Vienen en raciones de 3. Salsa para acabar con las existencias de pan, y mucho relleno. Están buenísimas. De las mejores que probamos.
Y acabamos con Corderu a la Estaca. Espectacular también. La piel crujiente, el relleno suave. Es una pasada.
Con un par de copas de vino, agua y cafés, pagamos 2 personas, 65€. Como veis, muy bien de precio.
Esa zona está llena de buenos restaurantes donde comer cocina casera, de hecho, ya vamos visitando unos cuantos, pero la Puerta de Arrobio nos encantó. Visita obligada por eses cebolles y ese corderu.
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