Teléfono: 985 620 142
Calidad: 3/5
Precio: 32€
Comentarios: Hoy os llevo a conocer la única cueva con arte prehistórico del occidente asturiano, un lugar lleno de historia, y también de leyendas, al que accederemos a través de un recorrido precioso y muy poco conocido.
Podéis comenzar la ruta desde dos puntos distintos, desde Doiras, donde el embalse, con un camino que lo va bordeando y hace un inicio precioso; o desde Froseira, como nosotros, donde acortáis distancia y desnivel. El "único" problema que tiene Froseira es que tiene un acceso por pista hasta el pueblo donde solo entra un coche (aunque hay apartaderos y no es peligroso), el pueblo tiene muy pocos habitantes, aunque sí algo de tránsito ganadero, así que va a ser difícil que os crucéis con alguien, pero tenedlo en cuenta. Las vistas por la pista sobre el embalse de Doiras de la que vais al pueblo, cuando hay un claro entre los eucaliptos, son muy guapas.
La ruta son unos 6kms, ida y vuelta, y nos llevó unas 3h hacerla. Tiene 1km con un pendiente fuerte, pero en general, no es una ruta dura. Hay unos 300m de desnivel. Tardamos 1h y cuarto en llegar a la cueva. Para bajar, 1h.
Comenzamos en la localidad de Froseira. Una localidad preciosa. Situada al lao del Río Ourubiu, que hace de ella un sitio único. En el sXVIII fue la mayor ferrería de Asturies, y en La Casona del Río, ésa que veis enorme, tiene un molín muy guapo, aunque no encontramos a nadie para poder visitarlo.
Comenzamos por el camino paralelo al río, con vistas muy guapas sobre praos y el río.
En seguida, cruzamos el río por un puente.
Y al poco vemos un desvío que nos indica dos posibilidades para ir a la Cova. A la izquierda, el camino corto, de 2km (ya llevamos caminado 1km), y siguiendo el camino principal, 10kms hasta la Cova. Esta ruta nos lleva hasta el Picu el Cucu, desde donde podéis ver unas vistas muy guapas sobre el embalse, para posteriormente bajar por una pista hasta la cueva.
Nosotros nos desviamos por el camino corto.
Tiene 1km de fuerte desnivel. Pero solo es 1km. Corto, pero intenso.
Bosque de castaños, que en flor o en otoño tiene que estar precioso. Lleno de colores y contrastes. Así que hicieron la subida muy llevadera.
Poco a poco, el terreno empieza a llanear, y nos adentramos más en el bosque de Llanteiro.
Siguen los castaños y encontramos los corros donde recoger y proteger las castañas.
La última parte del camino, las piedras se hacen presentes. Hay camino, pero siempre con cuidado de donde metemos el pie. Por cierto, encontramos mucha cuarcita.
De repente, se nos abre un claro y podemos admirar las vistas sobre el Navia.
Al poco, también aparece la Cova protegida con una reja. Es una cueva de apenas 15m, que se puede ver entera perfectamente desde fuera, y que, en 1983, Pedro Pablo Pérez Rodríguez, vecino de Bual, se fijó bien, y descubrió que tenía unas pinturas rojas. Es la única cueva con pinturas de todo el occidente asturiano.
Las pinturas fueron estudiadas y descubrieron figuras antropomorfas masculinas y femeninas, otras esqueléticas y alguna zoomórficas.
En teoría hay 5 pinturas en las cuevas con estas pinturas, aunque las más claras se ven a la entrada, tanto en la parte de la derecha como de la izquierda. Aunque es un buen ejercicio quedarse mirando un buen cacho en busca de posibles figuras.
La Cueva se llama "del Demo", o sea, del Demonio, que es la cristianización del ser mitológico el Busgosu, o sea, el señor del bosque; y tiene asociada una leyenda, recogida en el libro Un Paseo por la Mitología Asturiana. Lugares con Leyenda, de Alberto Álvarez Peña, que dice:
En las tradiciones de la zona se dice que el Demo es conocedor de grandes secretos. Un día, el primer ferreiro (herrero) se presentó ante la cueva y le dijo que ya conocían la sierra. El Demo contestó: Eso é que a fueya'l castañeiro. A lo que el ferreiro contestó: Nun la vimos pero xá la veremos. De vuelta al pueblo observó la fueya (hoja) dentada del castaño y así es como pudo inventar la sierra. Con las mismas le sustrajo al Demo el secreto para forjar el hierro: Eso é qu'asperxaraste con augua barrenta.
Un lugar mágico, que tiene una verja como protección, debido a su valor.
Volvemos por nuestros pasos. Ya todo bajada.
En el puente, hicimos una parada a hacer unas fotos.
Para comer, nos fuimos a Bual capital, a La Parrilla El Zángano.
Un hotel-restaurante con unas cristaleras enormes con unas vistas muy guapas sobre Bual.
El Zángano es una parrilla, y tienen ganadería propia. Sus platos estrella son sus parrillas y sus chuletas. Cuando fuimos no tenían ningún plato de cuchara.
Pedimos de entrada unas Croquetas. Normales.
Una Ensalada.
Y de segundo su Parrilla Especial, que cuesta un poco más cara que su parrilla normal. Viene con Criollo, Costillas, Pollo, Solomillo de Xatu de Casa. Muy buena. El solomillo está muy bueno, muy tierno, el chorizo está espectacular y las costillas no se quedaron atrás. Nos vienen a ofrecer más por si quedamos con hambre.
De postres, Requesón con Miel de la Boalesa. Muy rico.
Con Miel de la zona.
Y Tarta 3 Chocolates Casera. Muy rica.
Con cafés y chupitos, pagamos 64.50€. Muy bien de precio. Nos sorprendió la calidad de la carne. Queda pendiente visita para probar los chuletones.
Después de comer, nos acercamos a La Boalesa, fábrica de miel de la zona, a la que debemos visita en época de recolección, que es cuando está la fábrica en plena actividad.
Antiguas ferrerías, molinos, ríos con toponimia aurífera, bosques de castaños mágicos, cuevas únicas de arte neolítico, leyendas asociadas al bosque y a la cueva; y una parrilla de ganadería propia que te va a encantar.
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