O Loxe Mareiro

Dirección: Rúa Aduana, 46, Carril - Pontevedra
Teléfono: 698 155 280


Facebook: https://www.facebook.com/O-Loxe-Mareiro/
Instagram: [@loxemareiro] https://www.instagram.com/loxemareiro/


Calidad: 4/5
Precio: 105€


Comentarios: Tenemos unos amigos, de esos que son familia, a menos de 2kms de O Loxe Mareiro, y llevamos enamoraos de ese local años, incluso antes que Iago Pazos le diera un lavao de cara y abriera O Loxe Mareiro. 



Un local precioso, situado en el paseo de la ría de Arousa, con vistas a la Isla de Cortegada, y que solo tiene sentido con la ría que casi lo baña. De piedra, casi escondido del mundo, con una mini terraza para relajarse y disfrutar. Reservad, porque suele estar lleno. Pero id, merece mucho la pena. 


Según llegamos nos sentaron en la terraza a disfrutar del atardecer, nos trajeron un albariño y nos explicaron las distintas opciones que tienen para que fuéramos decidiendo. Al final, la mejor opción es el menú largo. 85€, sin bebida. 


La idea del restaurante es que te comas la ría, y que lo hagas casi mojándote en ella. Cada plato que tomas te dicen de qué parte es, y casi te lo señalan con el dedo. La cocina es muy sencilla, de producto, para que lo disfrutes al máximo, y la atención, maravillosa en todo momento. 


Comenzamos con Carneiro (Carneru en asturianu, escupiña en castellano), una especie de berberecho grande, que nos lo sirven con un toque picante y vinagre de manzana verde. 
Ostra. No muy grande, pero espectacular de sabor. 


Para los alérgicos a las ostras, Mejillón "etiqueta negra", con vinagreta. Y, por supuesto, no puede faltar la reina de la casa, la famosa Almeja de Carril. Espectacular, en sabor y tamaño. 


Seguimos con Berberechos al Vapor con ralladura de lima y aceite de oliva. Un poco pequeños, pero maravillosos de sabor. 


Mientras, el sol seguía cayendo. 


Navajas. Enormes. Buenísimas. 


Para beber, por supuesto, albariño. Fiestra. Rico, con buena acidez. Entraba solo. Seguimos dentro con el mismo vino. 


Nos invitaron a pasar dentro, a la mesa que teníamos reservada (reservan también mesa en la terraza para los que tienen mesa en el interior, de ahí que vayan escalonando las reservas). Local precioso, luminoso, que contrasta con el atardecer fuera y la piedra interior pintada de blanco. Mesas en madera clara. Sin manteles. 


Aceite de Oliva Virgen Extra gallego. Muy bueno. Pan con un toque de agua de mar. Suave. Muy poco hecho. Nos encantó.


 Comenzamos con 3 bocaos. Xarda marinada con encurtidos. Sardina marinada con tomate fermentao y Xurel curao en sal con salsa de piparra. Para disfrutar con la mano o con unas pinzas. Todos brutales, pero la sardina con tomate es increíble. 


Lomo bajo de Xargo. Aliñao como si fuera un salpicón con un toque ácido y dulce. Crudo. Muy bueno. 


2 platos. Vieira, con agua de mar con pan, cebolla y corales. Brutal. Y Bogavante con salpicón. De lo mejor de la noche. Para mi gusto, mejor el bogavante, mucho sabor a mar y una textura increíble. 


Lomo alto de Xargo. Fue el pescao estrella de la noche, que van cambiando según la rula. En fritos. 


Viene acompañado de una mayonesa especiada y de unos tomates de una huerta ecológica de la zona. Los tomates, por cierto, brutales. 


Y acabamos con, cómo no, Xargo al horno con patatas. Lo emplatan allí mismo, con 3 zonas distintas. 


Zona de la ventresca, más grasa. Lomo alto, en la zona, también grasa. Y la zona del lomo bajo, como si fuera un solomillo. Viene con una salsa de aceite, ajo, guindilla y vinagre. 


Y una guarnición de Almejas a la marinera. El Xargo está brutal, pero las almejas son increíbles. 


Llegamos al postre, que fue lo que menos me enamoró de toda la noche. Estaba rico, eh? En dos partes, un Sorbete de Manzana como cortante, para refrescar, muy rico. Y Tarta de Melocotón y Helado de Nata, con crema de melocón. 


Para el café y licor café, nos volvieron a proponer salir fuera, que la noche estaba para ello. 


4 personas, pagamos 418€. A 104€ con cabeza. Tenéis también un menú corto y carta. Pero merece mucho la pena que probéis, la intensidad de los sabores es enorme, y comerlo allí, además, a pie de ría, es una maravilla. Gran sitio. 


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