Farturruta hasta el Refugio de Vegabañu y el Colláu Llareya comiendo en el Mesón Arcediano

Dirección: Oseya de Sayambre
Teléfono: 987 740 937


Web: https://mesonelarcediano.webcindario.com/
Facebook: https://www.facebook.com/El-Arcediano-Restaurante-Meson
Instagram: [@elarcediano] https://www.instagram.com/elarcediano/


Calidad: 3/5
Precio: 16€


Comentarios:  Nos fuimos a la Asturies cismontana, a la zona de Sayambre, después de atravesar los Beyos desde el conceyu de Amieva y Ponga siguiendo el curso del Rio Seya. Dos zonas administrativamente separadas, pero culturalmente unidas, con un paisaje absolutamente espectacular. 


Esperamos al punto álgido de la seronda (otoño) para que los colores del bosque estuvieran en su máximo esplendor, así que nos fuimos hasta Vegabañu atravesando un fayéu espectacular a conocer su refugio de montaña. Y si os quedáis con ganas de más, os proponemos subir un poco más hasta la maravilla del colláu Llareya. Merece la pena. 


La Farturruta son 12kms, aunque si solo vais al refugio se queda en 9kms. Tiene 600m de desnivel hasta el colláu, pero si solo vais hasta el refugio, son solo unos 400m. Pero hacedme caso, merece la pena que la hagáis entera. Tardamos unas 4h en total. 


Salimos del pueblo de Sotu. Un pueblo que merece la pena la visita por sí solo, lleno de casonas preciosas, fuentes, lavaderos, bolera asturiana, una fábrica de luz que aprovechaba la fuerza del agua, escuela, casa y hoteles rurales, y hasta una foodtruck que se pone en la explanada del pueblo para reponer fuerzas a la vuelta. 


A la entrada del pueblo tenéis una gran explanada donde dejar el coche. Ya intuimos los colores del bosque. 


Y si nos damos la vuelta la vista tampoco está nada mal. 


Comenzamos a atravesar Sotu, sin prisa, disfrutándolo. 


Hasta que llegamos a un puente de piedra que atraviesa el Río Agüera, afluente del Seya. 


En el pueblo tenéis un cartel con todas las rutas que podéis hacer. 


Pasamos por la bolera, en el centro del pueblo. 


Y enfilamos a la salida del pueblo. 


Comienza una subida, que nos va sacando poco a poco de Sotu, por praos llenos de ganao. 


Subimos por pista ganadera, y cuando vemos ya la distancia que ganamos nos damos cuenta de lo espectacular que es el sitio. Al fondo el Niajo. 


Por delante, acompañándonos en todo momento, Peña Beza. 


Tras los repechos iniciales, la subida es bastante suavina y cómoda por pista ganadera. Pasamos alguna cabaña, primero El Piquero y después La Cavada. 


Y cuando nos damos la vuelta, vemos la altura que ganamos y el paisaje espectacular que nos rodea. 


Bajo Peña Beza, se acaba el cielo abierto, y nos adentramos en el bosque. El Bosque Tremellosa


Según entramos predominan los verdes.


El camino nos gira a la derecha. Cruzamos la Riega la Rozaca donde desagua la vega de Miraño, perfecta y resguardada para el ganao. 


Está perfectamente indicado. 


La Vega de Miraño es un sitio precioso. 


Y más con estos colores. 


Aquí el desnivel comienza a incrementarse, y el terreno empieza a picar un poco más para arriba. 


Una subida en zig zag preciosa, entre un manto de hojas otoñales. 


Atravesamos también alguna cabaña. 


Una de las cosas más maravillosas de la época otoñal y la faya, es comprobar cómo ganando altitud el verde inicial se va convirtiendo en ocre. 


Es hipnótico.


Digamos que nosotros subimos por el camino antiguo a Vegabañu, atajando, pero en este punto empalmamos con la pista principal que une Sotu con Vegabañu. 


Dejamos de subir, y llaneamos cómodamente por la pista. 


Atravesamos la portilla. Desconozco si está permitido que hasta ahí suban los coches por la pista, pero no lo hagáis, es un paseo cómodo y casi para todos los públicos y llevar hasta ahí el coche es un crimen. 


Los colores son preciosos. 


Cuando se abre algún claro, Peña Beza sigue ahí, siempre omnipresente. 


Tras un último tramo entre fayes, llaneando e incluso con alguna bajada. 


Llegamos a Vegabañu (en realidad, decir Vega de Vegabañu es un poco redundante, ¿no?).


Un auténtico espectáculo. Una pradera enorme rodeada de bosque, con los colores preciosos además del otoño, y al fondo, Altos del Verde y los Moledizos. 


Parece un lugar de cuento. 


El camino bordea la vega, como si de un escenario se tratara. Nosotros lo seguimos caminando con la boca abierta. 


Echamos un vistazo atrás y continuamos camino. 


Volvemos a adentrarnos unos metros en una zona de bosque por el lateral derecho de Vegabañu. 


Y se nos vuelve a abrir otro claro espectacular. 


Llegamos al Refugio de Montaña de Vegabañu


A 1432m de altitud. Puede ser el punto y final de la ruta. Aquí os podéis parar, tomar algo y disfrutar de esta maravilla de vistas en compañía de Nuria, Julián, cualquier montañero que te encuentres allí y, por supuesto, calcetines. 


También podéis comer, tienen una pizarra con platos de embutido y algún plato caliente. Imagínate comer ahí arriba con esas vistas. Sabe todo a gloria. 


Pero yo os propongo ir un poco más allá. Subir un poco más, no llega a 80m de altitud más. Hacedme caso, que merece la pena. 


Dejamos la parada en el refugio para la vuelta, y continuamos camino. Cruzamos el reguero de Turégano.


Y nos volvemos a adentrar en el bosque. El bosque La Llomba


Como vamos ganando en altura, y los colores del otoño están en su punto álgido, cuanto más subimos, más explosivos son. 


Es increíble. 


Tras un último repechín salimos del bosque. 


Y nos encontramos con otro espacio abierto enorme (y ya van 3). La Llareya. Estamos a 1510m. 


Otro sitio increíble, rodeado de bosque. Al fondo, como siempre, Peña Beza. 


Aquí pusimos punto y final a nuestra ruta. Sentaos en el banco de la cabaña, con la botellina de sidra contemplando estas vistas. 


Solo nos queda volver a bajar, hacer una parada en el Refugio a tomar algo, y volver hasta Sotu. Podéis volver por la pista, o volver a bajar por el bosque. Mucho más guapo por el bosque, claro está. 


Una vez en Sotu, nos vamos a Oseya de Sayambre, a comer al Mesón Arcediano. En Sotu, según temporada, tenéis algún hotel rural abierto donde tienen restaurante. Cuando fuimos nosotros estaba todo cerrao. 


Mesón Arcediano es un clásico. Tiene una mini terraza a la entrada. Dentro, zona de barra, grande. Y a la derecha un salón para comer. 


En el piso superior, la misma zona, pero en comedor. El sitio es enorme. 


Pedimos el menú de fin de semana, a 16€. 


De primero, Garbanzos con Bacalao y Espinacas. Muy ricos.


Queso Frito de Cabra con Mermelada. Normal, rebozao. 


Y de segundo pedimos los dos Cabrito. Una de las especialidades de la casa. Excepcional. Es una gozada. Muy bueno.


De postre, Tiramisú.


Y Tarta de Queso. Los dos bien. 


Con vino perronero y agua, pagamos 16€ por cabeza. Muy barato. 


Mereció la pena esperar hasta los días de otoño para conocer Vegabañu, aunque estoy seguro que si vas cuando la cota de nieve esté a 1400m, o en primavera, o en verano, tiene que ser un espectáculo igual. Pueblos preciosos, fayeos de cuento llenos de rincones mágicos, y mayaes que se abren de repente en un claro con unas imágenes que van a quedar siempre para el recuerdo. Vete. Es un sitio único. 


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