El Patio de Butacas con Aitor Luis Vega

Dirección: Plaza Les Campes - La Pola Siero


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Comentarios: Echaba mucho de menos las pruebas de quesos de Aitor Luis Vega, donde nunca te aburres, puede que te sepas alguna de sus historias alrededor de los quesos que lleva, pero como tiene tantos y siempre los está variando, siempre aprendes alguna nueva. Y es que además, las cuenta tan bien, y con esa pasión tan contagiosa, que te quedas como un bobo mirando para él, luego mirando para el queso, y luego comiéndolo (al quesu, eh?) como si fuera la primera vez. 


Pero es que además, cuando lo hace en un sitio tan especial, donde comparten tanta pasión, pues no puedes decir que no a la invitación. Y es que El Patio de Butacas es uno de esos sitios donde se junta todo: talento, juventud, pasión y alejados de los grandes núcleos urbanos. 


12 quesos. Alguna sorpresina. Y 5 cócteles. Comenzamos en la esquina superior izquierda. 


Tania empezó ofreciéndonos Gardeum, licor de flor eléctrica idea del bartender Javi Candás y elaborado en Ginkiber. Duerme la lengua y potencia el sabor. Empezamos bien, con 25 graos. 


El primer queso fue El Barraqueño. De Elvira García. Elaborado en El Barraco, Ávila. Leche cruda de cabra, pero con sabor a cabra suave. Almendra y mantequilla en boca. Corteza natural recubierta con carbón vegetal, que se come todo. Una gozada. 


Tania nos ofreció un Gimlet, un cóctel de Aperitivo. Ginebra con un toque de lima. En este cosa, le añaden a la ginebra, aparte de la lima,  un cordial con una infusión de pepino y Sidra 1947 de Viuda de Angelón. Brutal. Lo tomamos con un Taleggio DOP, de la zona de Lombardía. Leche cruda de vaca, con corteza lavada (que también se come y le da un toque salao). Entra suave, pero tiene cuerpo. Muy rico. 


También lo tomamos con Saint Nectaire AOP. Un Fermier de la región de Auvernia, Francia. Leche de vaca pasteurizada. 28 días mínimo de maduración. Corteza ligeramente enmohecida. Más fuerte y grasiento. Textura cremosa y flexible. Sabor a frutos secos. 


Aitor nos trajo una de las sorpresas de la noche, Oladivia. De Quesos y Besos, de Jaén. Mejor queso del mundo en los World Cheese Awards celebrados en Uviéu en 2021. Leche pasteurizada de cabra, con ceniza en medio del queso. Cremoso y untuoso. Uno de los mejores quesos que puedes probar. 


Nuevo cóctel. Mezcal. Agua con gas. Cordial de Mora. Licor de Hierbabuena clarificada y con un deshidratado de Mora. 


Brutal. Lo tomamos con Flor de Pradera, que tiene esa corteza tan especial recubierta con flores disecadas (que se comen). Leche pasteurizada de cabra, con 4 meses de maduración, recubierto a mano con AOVE. Muy aromático. De Quesos y Besos también. 


Con ALP Blossom. Austriaco, 6 meses de maduración en cuevas. También lo recubren con flores y hierbas comestibles. Fue de los primeros quesos que se recubrió con flores comestibles. Mantecoso. Uno de mis favoritos de la noche. 


Y con un Señorío de la Mancha Macerado con Sidra. Sí, un queso manchego con un toque de sidra. Sorprende. Y está bueno. Leche pasteurizada de cabra


Cambiamos de cóctel. Vermú con Higos conservados en Vinagre de Viuda de Angelón y Azúcar. Le añaden un toque de Sidra Pomar Rosée. Es un espectáculo. 


Y hasta se animó Aitor. Lo tomamos con un CastroCastrillo, de Siete Lobas. Un queso que se elabora como un Gamonéu, pero en una antigua bodega de vino en Ardón (Lleón). Mezcla de oveja, cabra y vaca. Corteza enmohecida. Cada año mejor. 


Seguimos con tres curiosidades de Casa Cuartero, de Toledo. Quesos manchegos con sabores. De oveja. Al vino. Con Romero. Y con Pimentón Picante. Muy curiosos. 


Y acabamos con la un queso de leche cruda de oveja, de Murcia. Abuelo Ruperto. Con la corteza enmohecida. Buenísimo. De textura, y sabor a frutos secos. 


La última bebida, Olivia. Mezcla de Sidra de Hielo y Sidra de Fuego del Llagar Panizales. Muy buena. Y la tomamos con un queso azul de El Viciu, con membrillo y nueces. No es asturiano, aunque muchas veces lo venden como tal. Es alemán. Y una cosa no quita la otra, está muy bueno. 


Como siempre, una maravilla. Grandes amigos, mucho talento, y aprendiendo siempre un montón, tanto de quesos como de coctelería. Un placer. 


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