Farturruta De A Estierna a Braña de Trabáu comiendo en Tixileiro

 
Dirección: A Estierna - Ibias
Teléfono: 985 818 707


Calidad: 4/5
Precio: 30€





Comentarios: Entre Ibias y Degaña, casi en la frontera con Degaña, se encuentra A Estierna, un pueblín muy guapo con solo tiene 6 vecinos viviendo allí. En A Estierna se encuentra el Hotel Rural Tixileiro: hotel, apartamentos, tienda, spa y, también, restaurante. Un sitio perfecto para descansar y desconectar. 


Desde el mismo restaurante sale una ruta muy guapa hacia la Braña de Trabáu. La ruta es dura, con bastante desnivel, unos 600m. 9kms en total. La ruta sigue un poco más hasta las Lagunas de Trabáu, pero no nos dio tiempo a llegar en formato Farturruta. 


En la misma carretera general, casi en frente del hotel, encuentras el cartel que indica el inicio de la ruta. Recomendamos llevar agua (hay una fuente en el pueblo) porque la mitad del camino vas sin la protección de los árboles. 


Comienza una subida en zigzag entre castaños y avellanos. 


Incluso nos cruzamos con un corzo a mitad de la camino. Van tan rápido que no me dio tiempo a enfocar mejor. 


Llegamos a la Collada de Beisán. Con unas vistas impresionantes sobre todo el valle. En otoño tiene que ser increíble con la tonalidad de colores. 


Tenemos un tramo de respiro, descendiendo hasta la Braña de Moreda.


De la Braña de Moreda apenas queda nada, alguna cabaña caída pero unas camperas impresionantes con, todavía, algo de ganao. 


Bajamos para cruzar la Regueira de Moreda o das Mestas. 


Comienza la parte más guapa de la ruta, cruzando bosques de robles, castaños y avellanos. Hay partes realmente espectaculares. Justo al pasar la Regueira, nos encontramos con lo que queda de la braña. 


Comienza la subida por la ladera de A Serrapia


Dura, pero preciosa. 


Llegamos a la Braña d'Arriba. De la que poco queda ya. 


Y desde ahí, subiendo un poco más, la Braña de Trabáu. 


Desde ahí, podemos seguir subiendo, y merece la pena hasta las Lagunas. A nosotros ya se nos hacía tarde para llegar a la hora al restaurante. Todos los indicadores de la ruta nos parecieron escasos con el tiempo estimado, porque la ruta se hace más dura de lo que pone el indicador. 


Desandamos el camino, que, como es bajada, se hace mucho más rápido. Nos cruzamos con 0 personas, ruta muy desconocida. 


Llegamos al Tixileiro y nos recibió Jose. Anfitrión maravilloso que nos enseñó el hotel, el spa, nos aconsejó sobre qué comer y nos regó la comida con vino SOLO de la zona. Un ejemplo de apostar por el producto local y de calidad. Por cierto, comimos de lujo. 


Tixileiro tiene un espacio enorme con la barra para tomar algo, desde ahí accedes a la tienda con productos locales y una variedad de vinos de la zona enorme. En la parte de arriba, el comedor, con cristaleras y vistas al pueblo y al inicio de la ruta. El sitio es precioso.


Nos pusimos en manos de Jose para la bebida y fue todo un acierto. Mucho interés y conocimiento. Comenzamos con un Vermú blanco con Lima, un chorrín de Puerto de Indias y Granadina. Buensímo (y más después de la ruta). Seco y toque dulce. 


De aperitivo, Cecina de Valle de Forniella (El Bierzu), Virutas de Besos del Rey Silo y AOVE. Buenísimo. La cecina es espectacular. Muy elegante. 


El pan de occidente sabéis que es espectacular. Pues este no se quedó atrás. 


Comenzamos bebiendo Panchín Branco. Vino gallego pero hecho justo en la frontera con Asturies, en Negueira de Muñíz. Con lo que ellos llaman "uva legítima", o sea, Albarín Blanco. Vino del que se elaboran muy pocas botellas, entra solo, con cuerpo, toque de acidez. Nos gustó mucho. 


Pimientos Asaos en Casa, Massimo de Rey Silo y Anchoas. Menuda maravilla.


Nos cambiamos a mi favorito de la comida, un Chacon Buelta 2016, con 24 meses en barrica. Una auténtica maravilla de la que no quedan muchas botellas (solo se hicieron 1100 botellas). Mineral, con cuerpo, con acidez. Cómo echamos de menos los Nibias. 


Tomate de Ibias, Piparras y Ventresca de Atún. Otro espectáculo. Si pilláis la temporada de tomates, no la dejéis pasar, son de otro mundo. 


Nos costó dejarlo, pero nos pasamos a Panchín Tinto. 100% Mencía. Mejora tras respirar un poco, nos gustó, tiene acidez pero todo bien integrao. 


Bacalao al Estilo Tixileiro. Con pisto y patatas panaderas. Lo hacen a baja temperatura. Es una pieza buenísima que se deshace sola. Nos encantó. 


Nos cambiamos a Aroma de Ibias 2018. Verdejo Negro, Carrasquín y Albarín Tinto. Con más acidez que el anterior. También necesita respirar un poco. Muy bueno. Nos gustó más que el anterior. 


Y llegamos al Chuletón. De Zarréu. Qué maravilla. 


Primero Jose nos presentó la chuleta. 


Y la despiezó delante de nosotros. Una presentación de lujo. 


Viene acompañada de Patatas Fritas y Pimientos. 


A punto de reventar, pero no nos dejaron marchar sin probar los postres. Una Tabla de Quesos. Veigadarte, semi curao de cabra, del Bierzu. Geo de Lazana. Queso Azul Chatín de Bembibre. Con mermeladas caseras. 


Y con ellos, Sidra de Hielo de Viuda de Angelón. Casi se nos cae una lágrima de emoción al ver la botella en Ibias. 


Un poco de Licor Café.


Pagamos 70€. 35€ por cabeza. Sitio muy recomendable. 


Después de comer, Jose nos enseñó sus instalaciones.


Y casi nos quedamos a vivir allí. 


Para bajar la fartura, nos recomendó dar un paseo hasta el Mirador El Pousadoiru. Un paseo de 1km desde el mismo hotel, y que forma parte de una calzada romana. Desde allí se puede bajar al pueblo de Il Curralín, que sería una Farturruta también guapa de unos 8kms. 


Queda pendiente para cuando volvamos. 


Nosotros acabamos en el Palacio de Tormaleo, que está a 10kms del Hotel. Del SXVIII, de estilo barroco, tiene tres torres y no cuatro por expresa prohibición real ya que la cuarta torre estaba reservada a los edificios de la realeza. Lamentable el estado en el que se encuentra, que no esté restaurado y que no se pueda visitar. Es un palacio espectacular. 


Según cuenta la leyenda recogida por Berto Peña en su libro Un Paseo por la Mitología Asturiana, en dicho palacio habitaba un trasno (así llaman a los trasgos en algunos concejos del occidente) y una de sus aficiones era entrar en las caballerizas y trenzar las crines de los caballos, de tal forma, que era imposible desenmarañarlas. Cuando un caballo tenía las crines enredadas se decía que había sido cabalgado por el trasno


Hoteles con SPA, Brañas abandonadas, Ríos, Bosques mágicos, Miradores espectaculares, Palacios con leyendas y una comida con cocina y vinos de la zona. Una auténtica maravilla. 


2 comentarios

Unknown dijo...

El nombre del pueblo es sisterna o astierna en asturiano.
Donde habláis de la braña de moreda habláis de las praderias de moreda
Cuando decir "braña de arriba" en realidad se trata de la braña de abajo y donde ponéis "braña de tablado: debe de decir "braña de arriba".
Ambas brañas y las lagunas se encuentran en territorio de la parroquia de santa María de sisterna como se puede ver en la hoja 100 del mapa nacional de España editado por el instituto geográfico nacional. En dicha hoja se llaman a las lagunas "lagunas de la braña, lagunas de moreda o lagunas de sisterna".

David Castañón dijo...

Gracias por los apuntes!