Farturruta de la Playa Gueirúa a la del Gavieiru (Silencio) comiendo El Rosal

Dirección: Samartín de Lluiña
Teléfono: 985 596 147




Calidad: 3/5
Precio: 15€


Comentarios: Nos vamos de Farturruta por dos de las playas más espectaculares de Asturies, en la zona occidental, en el conceyu de Cuideiru. Desde la Playa de Gueirúa hasta la Playa del Gavieiru apenas hay 3kms que podemos hacer cómodamente a pie por la carretera nacional que une los pueblos de Santa Marina y Castañeras, hoy, gracias a la Autovía del Cantábrico, con muy poco tráfico; o incluso, para los más vagos, se puede ir de un pueblo a otro en coche para los que no quieran o puedan caminar. 


Pero nosotros os proponemos un recorrido alternativo, utilizando un tramo del Camino de Santiago, que, ya os adelanto, no está en el mejor de los estaos, pero que le da un toque mucho más guapo y aventurero que el ir de playa a playa por una carretera. 


La ruta de la Playa de Guerúa a la Playa del Gavieiru (Silencio) son unos 3,5kms (ida). Más bajar a la playas y recorrerlas, anduvimos unos 8,5kms. No tiene más desnivel que las bajadas a las playas, que, ojo, son con escalones y tienen un desnivel pronunciado, de unos 300m. Como se termina en el mismo punto que se inicia, podéis hacerla en el sentido que queráis. Aparte de ir con calzao que agarre, os recomendamos hacer la ruta cuando la marea esté baja


Comenzamos en el pueblo de Santa Marina, y dejamos el coche en el parque, en un pequeño apartadero que no molesta. 


Desde ahí, a pocos metros, encontramos el cartel que nos indica el camino que nos lleva hasta la playa.


Son unos 500m hasta la playa por un camino precioso. Aunque veáis buen camino, no metáis el coche. No hay sitio pa aparcar y no está en tan buen estao como parece. 


Poco a poco, nos vamos asomando a la mar, y ya vemos la espectacularidad del paisaje. Por cierto, la playa que veis al fondo, es la del Gavieiru (o Silencio), allí acabaremos la ruta. 


Comienza la bajada hasta la Playa de Gueirúa. Son unos cuantos escalones húmedos (cuidao) que van a dar a unas casetas con alguna pequeña barca. Es un paisaje espectacular, donde además, desemboca una cascada junto a las barcas. 


La cascada sigue y acaba en la playa, siendo el paraíso perfecto para los amantes de la fotografía. 


Las formaciones que tiene la playa, hacen de ella un paisaje "marciano". Espectacular. Único. Sin duda, una de mis playas favoritas. Lo que veis al fondo, esas formaciones rocosas moldeadas por el viento y la mar, es lo que se conoce como "La Forcada". Divide la Playa de Gueirúa con la Playa de El Calabón, a la que solo podréis acceder con marea baja (y merece la pena). En la parte posterior, tiene además una cetárea abandonada, que siempre me quedo tan embobao haciendo fotos, que me olvido de visitar. Pero está. 


Nosotros pasamos a la Playa del Calabón.


Incluso al fondo veis la playa donde tenemos que llegar. Intentamos continuar el camino a través de la playa, con algún acceso, pero lo que vimos estaba bastante argayáu, así que dimos la vuelta y volvimos por el camino de acceso a la playa. 


Nos sin antes echar un último vistazo. Volvemos a Santa Marina. 


A la entrada del pueblo, pasando una casa blanca "moderna", encontraréis un cartel que indica el Camín de Santiago. Como os indiqué antes, el tramo podéis hacerlo por carretera si os resulta más cómodo. 


Nosotros nos metimos por él. 


Y descubrimos un camín en bastante mal estao. Lleno de barro, escayos y sube-bajas, pero merece la pena. 


El camino bordea el acantilao y en cuanto los ocalitos dejan, se ven unas vistas impresionantes. 


De hecho, cuando llegamos a la punta que separa la playa de El Calabón de la Playa de Ribera del Molín, las vistas son estas. 


A partir de ahí comienza una bajada, hasta la Playa Ribera del Molín, a la que podréis acceder. La particularidad de esta playa, es que tiene un Molín antiguo, que utilizaba el agua del Arroyo de Cándano que llega hasta la playa. 


Incluso desde la playa - con marea baja-, podríais intentar cruzar a la Playa del Gavieiru (Silencio).


Aunque nosotros subimos por el camino (en mucho mejor estao que el de bajada). 


El camino te lleva al pueblo de Castañeras.


Tienes que atravesarlo. 


Y ya se comienza a ver La Playa de Gavieiru (o Silencio). De hecho desde este mirador encontráis un banco precioso para sentaros horas y horas. 


Nos acercamos hasta la playa, que como veis, es espectacular. 


Otra bajada llena de peldaños hasta la playa (más de 100), con otro importante desnivel para acceder a ella. Recibe su nombre de Gavieiru por el cantar de las gaviotas desde las paredes del acantilado retumbando en la playa en forma de Concha. 


También recibe el nombre de Silencio, además de por la paz que transmite, por el ruido que hacen los cantos rodaos (bolos o regodones) con el ir y venir de las olas. Es maravilloso estar ahí sentao en silencio. 


Volvimos por nuestros pasos y esta vez volvimos por la carretera, bordeando la zona de bosque por la que fuimos a la ida de una playa a la otra. Era sábado y apenas cruzamos un par de coches. 


Para comer, nos acercamos a Samartín de Lluiña, pueblo precioso, con una Iglesia, del sXVIII, donde todavía se puede leer en el suelo de la misma: "NO PASAR DE AQUÍ AL OÍR MISA LOS BAQUEIROS". Nosotros comemos bien cerca. en el Restaurante El Rosal, rodeados incluso de vaqueiros. 


Conocíamos ya a los dueños del restaurante de cuando probamos la Faba Verdina en la cafetería que tienen justo al lao. Ahora se hicieron cargo del Restaurante El Rosal. Tiene una terraza cubierta muy guapa con unas cristaleras enormes. 


Pedimos el menú, a 15€. De primero Fabada


Muy buena. La faba muy buena. Y la morcilla sobresale. Nos gustó mucho. 


También pedimos Pote. Berza picadina muy fina, con algo de faba. Muy bueno. Nos gustó todavía más que la fabada. 


De segundos, Picadillo con Patatas. Buenísimo. Con un importante toque picante. Nos encantó.

 
Y Corderu. Con patatas. Sobresaliente. Maravilloso. 


De postre, Tarta de queso. Rica. De las suaves. 


Y Mousse de Limón. Que ganó claramente. Buenísimo. 


Pagamos por todo 30€. Para beber, el mítico vino, casera y agua. Muy buena cocina, en un sitio precioso a un precioso a un precio inmejorable. Gran sitio. 


Farturruta visitando una playa muy conocida y otra no tanto, distintas y espectaculares ambas, con un camino entre acantilaos que separan ambas playas y comiendo en El Rosal, casa de comidas tradicional a un precio inmejorable. Poco más se puede pedir. Espero que os guste. 


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