Nueva Visita: Bocamina

Dirección: Santandrés, Turón - Mieres


Calidad: 5/5
Precio: 72.70€




Comentarios: Volvimos a disfrutar de la experiencia de Bocamina. Bocamina no es solo ir a cenar debajo del castillete de una mina, no. Bocamina es un sentido homenaje a toda la cultura minera sin caer en la caricatura, y siempre apostando por la innovación y el futuro de las comarcas mineras. 


Un evento que se convoca 2 fines de semana al año, y que agota entradas en apenas 5 minutos, con gran parte de los participantes trabajadores de la mina, o vinculados a ellos, y que sienten con verdadera emoción un homenaje tan guapo. 


Comenzamos en un autobús, en el aparcamiento de Santandrés, que nos llevó hasta el Pozu Santa Bárbara. Allí nos hicieron una pequeña introducción y nos presentaron a Natalia de Casa Chuchu, que nos ofreció una de sus famosas Croquetas. Son una maravilla. También nos lo acompañaron con una copa de Sidra Brut Poma Aurea de Trabanco


De vuelta al autobús, accedemos a pie al Pozu Espinos. Y ya ese recorrido, casi a oscuras, débilmente iluminado por unas luces tenues, ya tiene algo de mágico. 


A la entrada, nos reciben con un Bombón de Foie. Muy bueno. 


Buscamos nuestro sitio. Toda la iluminación es una maravilla. Con cada plato, cambia la mesa y aparece siempre algo relacionado con lo que vamos a comer. Llegar y ver el nombre de mi  madre y el mío, hace mucha ilusión. 


Una vez sentados, aparece el quien empezó todo esto, Marcos Cienfuegos. Una idea brillante, que David Fernández Prada y Gustatio le ayudaron a que tomara forma. 


Y nos presentó el primer plato, 3 aperitivos que nos recomiendan tomar de derecha a izquierda. Empezamos con un Tartar de Salchichón, con huevo emulsionao. En el centro, Morcilla integrada en queso de Urbiés. Con polvo de torrezno  y manzana asada. La bola negra es un trampantojo, lleva dentro Chorizo a la Sidra en crema con parmentier. Y una pipeta con la mayonesa del jugo del chorizo a la sidra. Como veis, salchichón, chorizo y morcilla, pero de otra manera distinta. Muy ricos los 3.  


La gran novedad, y qué novedad, de esta edición, fue el fichaje estrella de Israel Moreno, cocinero del Estrella Michelón Ayalga en Ribeseya. Aportó mucha elegancia y redondez a todos los platos. Gran tándem con Marcos y el resto del equipo. 


Nos trajeron una Sopa de aprovechamiento del pan con influencia manchega, la tierra natal de Israel. Lleva una albóndiga especiada, pan de maíz imitando los curruscos, seta shiitake, consomé de pato y un garum de Anchoas Hazas. Maravilla. 


Seguimos con un Bacalao al Pilpil. Yuca imitando madera infusionada con tinta de calamar para darle un color más minero. Fondo con salsa de alga marina y plancton. Toque perfecto del bacalao, y el pilpil genial. 


Ya en el anterior Bocamina, Marcos nos presentó un mar y montaña, y no quiso perder la tradición en este. Solomillo de Corzu y Carabineru. Menuda gozada. Lleva garbanzo, curry y nabo. Y un polvo en forma de palomitas, pero que se deshace en la boca que es, literalmente, humo. 


Antes de la parte dulce, entró por sorpresa el Coru Mineru de Turón entonando el "Santa Bárbara Bendita", y qué queréis que os diga, se me pone la carne de gallina solo de recordarlo. 


Es un momento muy emocionante. 


Continuamos con el postre, todavía con el nudo en la garganta. Otra unión astur-manchega, con la unión de la típica Flor Manchega con la Tarta Dalia o Jardín, típica de Mieres. Lleva un filipino de avellana, crema inglesa con aroma, ganaché con chocolate ruby y gelatina de sidra de hielo. Está brutal.


Nos volvieron a levantar para atravesar el puente, y volver a disfrutar de un par de temas del Coro Minero de Turón, en un almacén de hormigón excavado a la roca. A la salida, nos dieron una Casadiella.  De Sonia Zapico. De la Cafetería del Centro Social de Turón.


De vuelta a la mesa, Tarta Turonesa, que es un espectáculo. Con el café. Y licor café, claro. 


También nos trajeron una caxigalina. Un Bombón Cristalizao de Chocolate, con escamas de oro natural de 23,7 quilates. 


Para beber, tuvimos un Verdejo y Ribera de Duero. La única nota negativa del evento. Algo tan asturiano, merece bebida asturiana. 


Una velada maravillosa, llena de emoción, de homenaje a una cultura, a un país, a una tierra también de acogida. Muchísimo talento, pero también muchísimo trabajo detrás. Bocamina es un evento precioso, con un éxito increíble, que todos deberíamos disfrutar al menos una vez en la vida. 


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