Dirección: Aciera - Quirós
Teléfono: 608 815 409
Instagram: [@mugaritz] https://www.instagram.com/el.rincon.de.aciera
Calidad: 3/5
Precio: 35€
Comentarios: Quirós es el paraíso en la tierra, lo tiene todo, valles, montaña, bosques y brañas espectaculares.
Hoy vamos a conocer la Braña Canḷḷongo, con esa "che vaqueira", que se escribe con esos puntos debajo de la ḷḷ, y que hace que todo tenga una sonoridad maravillosa. Una braña escondida, entre montañas, con una subida preciosa.
Perfecta para que vayas a visitarla en cualquier época del año, en primavera/verano con la explosión de verdor y flores, y el ganao arriba en la braña; en otoño, con los colores de la seronda en todos los bosques que vas a ver durante la subida, y en invierno -teniendo cuidao con la cota-, con todo nevao alrededor.
Nuestra Farturruta es de 11'5kms, tiene 650m de desnivel de subida y tardamos en hacerla sobre 4h.
Salimos del pueblo de Viḷḷamarcel, donde aparcamos el coche a la entrada.
Comenzamos a subir hasta la parte alta del pueblo.
A pesar de no haber ningún cartel, la marca de inicio de ruta está clara.
Caleyamos por Viḷḷamarcel, siempre subiendo.
Y llegamos a las antiguas escuelas.
Continuamos subiendo, dejando las escuelas y las últimas casas de Viḷḷamarcel atrás.
Parece que el día está gafu, pero confiad en nosotros, va a abrir.
Entre el borrín, se ve Peña Rueda
De hecho, a la vuelta, tenemos la misma foto con esta maravilla de vistas.
No nos enamoran las subidas por pista, pero, además de facilitar el acceso a las personas que trabajan en la braña, es necesaria porque algún repecho se las trae.
Poco a poco, el tiempo comienza a abrir.
Y ya vemos Viḷḷamarcel allá abajo.
Seguimos subiendo de forma bastante cómoda por la pista, de momento, sin grandes desniveles.
Encontramos un desvío en la subida, nosotros continuamos por la pista.
Pasamos delante de algunos truébanos.
En los que no se ve nada al fondo, pero a la vuelta, ya completamente despejado, podemos admirar las Ubinas.
Y llegamos a Branieḷḷas. O sea, una braña pequeña.
Praderías enormes, vistas preciosas y cabañas bien conservadas.
Y sus habitantes recibiéndonos un poco extrañaos.
Seguimos subiendo, abandonando ya Branieḷḷas. Es guapa, muy guapa, pero todavía nos queda otra mejor.
La niebla ya comienza a levantar.
La subida es realmente preciosa.
Y más cuando ya podemos ver realmente el desnivel ganao y todo el valle.
Merece la pena pararse en el último repecho y asomarse al balcón. Es una maravilla.
Tras una última revuelta, llegamos a Vega de Duernas.
Una pradera espectacular con un 360º maravilloso.
Rodeada de montañas, con bebedero y una pequeña laguna que se forma con el agua que se acumula.
Nos queda subir este pequeño repechín. Nos damos la vuelta y mirad qué espectáculo.
Y de repente aparece de la nada, la Braña de Canḷḷongo.
Un espectáculo visual, encajado entre montañas, resguardado de fríos y lluvias. Con cabañas en muy buen estado y actividad ganadera.
Dispersadas aquí y allá, dejando el máximo pasto posible para el ganao.
Y si giramos a la derecha, continuamos encontrando cabañas.
Incluso otra vega enorme, con una laguna.
Estamos a 1445m de altitud, con 33 construcciones, que se pueden agrupar en Veḷḷares, de planta circular y cubierta de falsa bóveda, para estabular los xatos; cabañas, para vivienda de los vaqueiros; y cabanones, con cuadra para el ganao y cabana para el vaqueiro.
Tras un buen rato disfrutando del sitio, volvemos sobre nuestros pies, ya con las vistas completamente despejadas.
De vuelta a Viḷḷamarcel, nos vamos en coche hasta Aciera, a comer en El Rincón de Aciera. Tenéis más cerca Casa Jamallo o El Texu, pero así os traemos distintas opciones.
Allí tenéis un buen aparcamiento a la entrada del pueblo, y tras pasar el horru, encontráis el Rincón de Aciera. Tiene una terraza con vistas preciosas.
Dentro, barria amplia, con mesas para comer.
Y tras subir a un altillo, comedor.
Para comer, pedimos de carta. De primero una Tabla de Embutidos. Rica. Enorme.
Y de segundo, Cabritu. De 10. Realmente bueno. Lo único malo, que las patatas son congeladas.
Y fuera de carta, tenían Jabalí Esmigayáu. Con un toque mexicano con especias y picante. Sorprende. Nos gustó.
Peca de lo mismo que el cabritu, de las patatas congeladas. Por lo demás, todo muy rico.
De postre, Tiramisú. Muy rico.
Y un poco de Limoncello para acabar.
Con agua y unas copas de vino, pagamos 70.30€. A 35€ por cabeza. Tienen sidra, y no tienen vino ni cerveza asturiana.
Preciosa Farturruta, muy desconocida, conociendo una braña increíble, que aparece de la nada, tras una subida con unas vistas espectaculares. Para comer, El Rincón de Aciera, lo de casa, con un punto internacional. Espero que os guste.























































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