Farturruta a Tolivia comiendo en La Casona de Mestas


Dirección: Mestas - Ponga
Teléfono: 985 843 055



Calidad: 4/5
Precio: 18€


"Tolos llugares, caminos y acidentes citaos nestes páxines son verdaderos, anque dellos abulten más improbables que los mesmos personaxes. A l'aldea de Tolivia, deshabitada desde los años ochenta del sieglu XX, rúxese que llegó apocayá, xente enfotao en pones pueblu otra vez ente les lloses y l'escombriu invadíu polos bardiales. Si ye asina, que los dioses del beyu-yos echen un gabitu". 

Conocí antes al Sidoro montañero (en el grupo de montaña Picu Fariu), 
que al Sidoro escritor. Un tipo alto, con el cuerpo fibroso, siempre pendiente de ayudar a los demás y con una timidez inicial que en seguida se traducía en camaradería al segundo cruce de palabras; Y que, en cuanto leí sus novelas, me convertí es uno de sus más fieles seguidores. 


Sidoro Villa Costales es maestro del famoso colegio público Xentiquina, y escritor en lengua asturiana. Comenzó escribiendo libros infantiles y juveniles, pero cuando leí "A Estaya", su primera novela "para adultos", me quedé maravillao. Con su segunda novela, una de las más guapas escritas en lengua asturiana, "Tres Beyuscos", ya me quedé completamente enamorao. Después vino "Pielgos de Llercia" y en breves vendrá "El Fervinchu". Pero es que, además, y por encima de todo esto, Sidoro es un gran tipo, y un gran sabio, de esos que no te cansas de escuchar. 


En su segunda novela, Tres Beyuscos, narra la historia de Palmira y Grabiel, que reviven una historia de amor de niñez en un asilo de ancianos. Una historia preciosa llena de aventuras, donde su pueblo natal, Tolivia, está muy presente. No diré más para no fastidiaros la novela, que os recomiendo, aunque no seáis lectores en asturianu, pero, de alguna manera, teníamos claro que queríamos ir a conocer Tolivia. 


Así que, con el morro que nos caracteriza, le propusimos a Sidoro hacer una Farturruta a Tolivia, y él nos dijo que venía con nosotros encantao. 


Tolivia (no confundir con el Tolivia de Llaviana) está situada en pleno Parque Natural de Ponga, no tiene acceso por carretera, ni siquiera por una pista ancha y no llega la electricidad. Unas condiciones de vida durísimas, que hicieron que se abandonara completamente a finales de los 70, aunque ahora parece que una pareja vive allí ocasionalmente. 


La Farturruta que os propongo es muy corta, 4kms en total, 2kms de subida de fuerte desnivel, unos 400m, y los 2kms de vuelta de bajada. En total, tardamos unas 4h. 2h para subir, 1h visitando el pueblo y otra para bajar. No es una Farturruta para todos los públicos, aunque se sube sin problema con un poco de cuidado. No es aconsejable de hacer con nieve o niebla. Y podéis hacerla además, con el libro como guía, parando en cada rincón que va describiendo.


Dejamos el coche en el punto kilométrico 128 de la N-625, la que une Cangues d'Onís con Lleón, a través del Puertu del Pontón. De hecho, dicho punto kilométrico ya pertenece al conceyu de Oseya de Sayambre. Administrativamente Lleón, sentimentalmente Asturies. Hay un par de pequeños apartaderos entre el km 127 y 128 donde podréis dejar el coche. 


Retrocediendo un poco, a la altura de la señal, encontramos el inicio de la ruta. 


Se trata de un descenso pronunciado hasta llegar al Puente Vaguardu, que cruza el Río Seya. 


La bajada está bastante tomada por la vegetación, pero el camino se ve claro. Hay que tener un poco de cuidao con resbalar. 


Llegamos al puente. Lo atravesamos. 


Comienza una subida llevadera, con tramos llaneando, con tramos preciosos metidos entre castaños, ablanos (avellanos) y mucho carrascu (acebo). Es la cuerria Quixendi, contrafuerte que cae sobre el Seya desde la peña Niaḥu, según nos dice Sidoro. 


Y que, cuando la espesura nos deja ver las vistas, vemos la preciosidad del beyu (desfiladero), y la altura que vamos ganando a la carretera de la que venimos. 


Nos volvemos a internar por tramos preciosos, que van bordeando la roca. 

- ¿Cómo yera Tolivia?  - entrugó l'Indiu, calcándo-yos la mirada imponente a los dos, alternativamente. 
- Si hai un pueblu aislláu del mundu, ye Tolivia - dixo Palmira, buscando los güeyos de Grabiel. 
- Ye como una islla, sí, pero la mar que lu arrodia ye l'escobiu y la peña - dixo'l paisanu, clisáu nos d'ella. 

Llegamos al segundo puente, Puente Espina, que atraviesa el río Moḥizu, y que delimita Asturies con Lleón. Al cruzarlo, entramos en Ponga. 

- Ehí metanes Los Beyos - dixo Palmira -, no más visiego y fondo de la foz del Seya, hai dalguna ponte que traviesa'l ríu, y siendes qu'esguilen buscando cárcoves y vallines ente los llambriales, que se retuercen naquellos peñasqueros como culiebres escismaes hasta algamar un valle un pocu más abiertu, llargu y pindiu por demás, que s'esmuz a lo fonderu nun desbentíu apavoriante enriba otru beyu, el de Moḥizu.

Se siente el estruendo del río allá abajo, muchos metros más abajo, unos 80m. Y justo debajo del actual puente, veis lo que queda del antiguo. 

Si hasta ahora la ruta fue preciosa, comienza el tramo (todavía) más espectacular. Se une a la fiesta, además de las vistas y los tramos cerrados de bosque milenario, la caliza. 

 Las vistas son increíbles. Abajo la carretera. Arriba, el Frailón y les Monxines, asomando entre nubes.

Y la subida es realmente preciosa. Se hace muy llevadera parando a ver las vistas. 

Llegamos a un pequeño pasadizo, con una faya abriéndose camino entre roca. Espectacular. 

- En Tolivia quedábense los muertos, acuérdate. Ente tanta peña, les ánimes nun atopaben la salida - dixo Palmira. 

Comienza un tramo abierto, con vistas a los dos valles, por pradera, que sigue un ascenso llevadero. 

Y que nos mete por Les Cueves del Beyu, un antiguo refugio para el ganao que todavía conserva un pequeño muro. Es una pequeña subida en zigzag con un tramo en fuerte pendiente. 

Una silueta áxil quye blincó: robecu, dizo Palmira. Dalgo macizo esnalando sele qu'allorió un segundu la foguera: el coruxón, dixo Grabiel. Unos güeyos resgaos y el brillu d'un canil: el llobu, asustóse Palmira. Pámique'l raposu, pensaba Grabiel. Les Cueves del Beyu allumaben como un prodixu na nueche del escobíu, y desconcertaben a los seres del monte na so rutina o nel so suañu porque desconocíen a nun guardaben memoria de la xera viviego cola que la xente animare antañu aquellos desbentíos. 

 A partir de aquí empieza el tramo más espectacular, pero también en el que debemos tener más cuidao. No hay peligro, porque el camino es suficientemente ancho para una persona, pero si tenéis un poco de vértigo, os puede dar algo de sensación. 

Llegamos al punto más alto de la ruta, la Peña Ñorín

Y en seguida, vemos la portiella que da acceso a la bajada hacia el pueblo de Tolivia

Llegamos a Tolivia, y nos reciben los primeros muros, y, sobre todo, la Iglesia. Con el camposanto al lao, en el que, entre la hierba, se ve todavía una lápida donde se intuye la inscripción. Tiene otra historia detrás, maravillosa: la de Martinón

Desde allí nos fuimos a la fuente, de 1928, como indica la inscripción. Y allí Sidoro nos leyó un pasaje del libro. Emocionante. 

Y, entre tanto abandono, por fin, llegamos a la construcción que se encuentra en mejor estado de todo el pueblo. El Horréo Beyuscu. Solo quedan 17 en toda Asturies, y todos en la zona de Ponga, y todos muy cerca de Tolivia. Ya fuimos a visitar alguno en esta Farturruta. Son auténticos tesoros etnográficos. 

Abandonamos Tolivia, con una mezcla entre tristeza y emoción, muy atentos a cómo Sidoro nos va enseñando los rincones del pueblo en el que se basó para escribir su libro. En el hórreo vimos, además, síntomas de vida y material de obra, lo que nos da cierta esperanza para Tolivia. 

- En Tolivia y en tolos pueblos beyuscos - dixo Palmira -, el trabayu yera daqué distinto a lo que ye nel restu d'Asturies, nun sé si vos dais cuenta. Porque tolo teníemos que facer, que buscar nosotros. La piedra y la madera pa les cases o los horros, hasta les teyes. La ferramienta, la cacía, los cestos o la ropa. L'escañu, el vasar, los armarios, la masera, tol moblame. Los xuguetes. Too. 

 

Desandamos la subida. Esta vez mucho más llevadera porque es cuesta abajo, salvo el último tramo de subida desde el Puente Vaguardu hasta la carretera, pero son apenas 100m.

Llegamos al coche y nos fuimos a La Casona de Mestas. Por la zona, de otras Farturrutas tenéis otras opciones para comer: Venta d'Agüera, Casa Ricardo, Casa Benigna o Camín de los Beyos

La Casona de Mestas es un Hotel-Restaurante-Balneario espectacular. Casona dedicada al hotel, anexo con cristaleras dedicado a la zona de restaurante, y un poco más, en un jardín precioso paralelo al río Ponga, una casa de baños termales de agua caliente (29-30º) que ya está documentada desde el SXVIII. 

El salón es grande, tiene amplias cristaleras para disfrutar de las vistas, y sentir el rio Ponga mientras comer. 

Nos sentamos a comer 6 personas. Pedimos el menú. De primero Pote. 1 pote para cada 2 personas. Muy bueno. 

Compangu, además, de primera. Sobre todo, la morcilla. 

De segundo, pedimos todos Albóndigas de Venao. Buenísimas. La salsa brutal, y con patatas fritas de verdad. No se suelen ver en muchos sitios. 

Tarta de Queso. Espectacular. De las densas. 

Yogur casero con Nueces. Muy rico. 

Y Arroz con Leche. Requemao. Muy bueno. 

Para beber, Sidra de Mesa 1947, de Viuda de Angelón. Una sidra que no hace falta escanciar, y que es la primera sidra crianza, envejecida 4 meses en barricas de carbayu. Maravillosa. ¡Ah!, y entra dentro del menú. No hay que pagarla aparte. Tienen, además, vino asturiano. 

Pagamos 18€ por cabeza. Menú buenísimo, con una bebida increíble. Relación calidad-precio inmejorable. Entorno precioso, incluso después de comer podéis ir a la zona del balneario. Gran sitio Casona de Mestas. 

Un día para no olvidar, entre el escobiu (desfiladero) y las ánimas, con Sidoro haciendo realidad las palabras escribas en su novela Tres Beyuscos, entre la emoción y el abandono,  entre Grabiel y Palmira, homenajeándolos como mejor sabemos alrededor de la mesa honrando un legado que no puede caer en el olvido. Gracies Sidoro por un día perespecial

- Tu yes Grabiel, ¿non? - dixo ella, y la ferviella que tenía yera afoguín del paséu, más qu'ansia -. ¿El de Santa y Morán? ¿El de Tolivia?
- Sí, Palmira Rivero, y vini a buscate - dixo él yá puestu en pie, seriu, solemne. 


2 comentarios

Anónimo dijo...

Qué farturruta más guapa. Llugar de lleendes, güesties, beyos y escobios máxicos.

David Castañón dijo...

Gracies!!!